24 dic 2014

Navidades en Honduras


Desde Honduras, os deseo una Feliz Navidad a todos, ESFeiros y demás lectores, llena de concienciación con los problemas globales que continúan ahí aunque no nos sintamos responsables de ellos, de un consumo responsable que a la larga nos beneficiará a todos si somos capaces de mirar con ojos de igualdad y de buenos propósitos y deseos de sostenibilidad para que el año nuevo sea un poquito mejor y más justo. Para los que estamos y los que quedan por llegar.

 




Cada gotita cuenta para llenar el vaso.










Desde este lado del charco, los proyectos de agua no descansan, y los compañeros de las organizaciones locales, AHJASA y NASMAR siguen avanzando en el proceso del Plan de Gestión Integral del Recurso Hídrico que se está llevando a cabo, entre celebraciones familiares y fiestas pre-navideñas.

Manuel (AHJASA) y Melvin (NASMAR) tomando datos de los pozos excavados
En estas últimas semanas el trabajo ha sido intenso, con la pretensión de avanzar lo máximo posible antes de rematar el año: capacitaciones a los líderes de las Juntas de Agua de las comunidades beneficiarias; capacitación de Software Libre a los técnicos locales, asambleas y visitas de seguimiento en las comunidades con las que empezamos a trabajar hace unos meses y levantamiento de datos sociales y técnicos en las nuevas comunidades que han entrado en el proyecto recientemente, gracias a la financiación del Fondo Galego.

Omar Núñez, director de AHJASA impartiendo capacitaciones a la Juntas de Agua locales
Asamblea en Rio Grande #1
  
Pues el mejor regalo de Navidad que se llevan muchos de ellos, es ver prosperar el proyecto, y la satisfacción de todo lo aprendido en las capacitaciones y reuniones, que sobretodo les sirve como estímulo y aliento de superación, y es que lo principal que se pretende es que se motiven a luchar por el bien común, que se unan, se organicen y sean protagonistas de su propio empoderamiento, y que no esperen (ni desesperen) a que la ayuda les venga servida. Pues de los que menos tienen, pocos se acuerdan, y tienen que ser conscientes.


Mientras tanto, una Navidad a 35°C de temperatura empieza a festejarse ya desde principios de mes, entre fuegos artificiales y petardos a todas horas, de día y de noche, y que muchas veces una se pregunta si no estarán de tiroteo aprovechando el escenario, ya que lo de las armas, aquí no es nada raro. La música en las calles, karaokes vecinales y celebraciones por todas partes inundan las ciudades.

Familia de Río Grande. El curioso nombre de la mujer de la casa es Digna.

Los niños comenzaron las vacaciones ya a finales de Noviembre, y las familias se visitan y agolpan en las viviendas cuando tienen oportunidad, si no hay camas para todos, se sacan las hamacas y se despliegan en cualquier rincón, lo importante es estar todos juntos.






Aquí ahora es verano, aunque la temperatura es prácticamente siempre igual, lo único que diferencia el invierno del verano es cuando deja de llover. La Navidad se siente en el ambiente, aunque mi visión sea un tanto extraña sin ver abrigos ni bufandas de lana. Al fin es reconfortante ver las calles y plazas llenas de gente al anochecer, sentados en los parques o cenando en las terrazas, ya que por lo general, el resto del año las calles están desérticas con la pesadumbrosa idea de que “es peligroso” caminar de noche, y más si tu color de piel es como una vela en la oscuridad, cosa tentadora y difícil de llevar cuando es la temperatura del día en la que mejor se está.

Los villancicos que suelen saturar nuestras ciudades españolas en estas fechas, aquí se convierten en letras religiosas a ritmos de salsa y reggeton, y que aunque no te guste, te animan el cuerpo al caminar. Las figuras de Papá Noel bien abrigados, blanquitos y barbudos luciéndose a pleno sol resultan un tanto paradójicas, pero hasta aquí también llegaron.

Doña Blanca siendo entrevistada por la TV local.
Aunque también les queda la construcción de belenes gigantes que al parecer solía ser algo tradicional en muchas casas, pero que ya cada vez se está perdiendo, por lo que resultan ser un atractivo reclamo navideño. Entre esos pocos ilusionados, está doña Blanca, vecina de San Lorenzo, Valle. Es la vecina de Cris (nuestra expatriada de ESF a quien dedico esta entrada). Pues doña Blanca lleva unos 7 años haciendo este Belén, desde que se jubiló, ella era maestra y trabajadora social, y para paliar el gris en la soledad de su hogar y no perder la actividad vital del paso de los años, decidió crear este Belén navideño con la ayuda de algunos familiares y vecinos, el cual fue creciendo navidad tras navidad. Los vecinos le regalan figuras, más algunas otras que compra o consigue en sus viajes. A la gente le impresiona su trabajo y de alguna manera quieren colaborar.


Un Belén difícil de conservar año tras año, las figuritas son delicadas, y muchas no aguantan los embalajes y empaquetados de cada temporada, por lo que se deben restaurar con cuidado o comprar o fabricar algunas nuevas.

Aunque esto no le ocurre a todas ellas, ya que en el peculiar Belén de doña Blanca se encuentran figuritas de plástico, un tanto atípicas y con pasajes que no entran precisamente en el concepto de bíblico, pero eso lo hace mucho más interesante y divertido, al fin y al cabo, lo que importa es la motivación. En este Belén se puede ver de todo, desde un zoo, unos "garífunas" (etnia negra hondureña) tocando salsa , una corrida de toros con rancheros mexicanos, un cementerio de calabazas, un “gringo” surfero en la playa, hasta una cabalgata de Carnaval con princesas de Disney remolcadas por un tractor que conduce Papá Noel... motivos un tanto peculiares pero adaptados a la idiosincrasia del lugar, es decir, color, luz, alegría y un poquito de caos. A quién le importan las formalidades si se trata de festejar una celebración tan sentida y dar un poquito de luz y color al barrio, pues de eso se trata.


Desfile de princesas y cabalgata de Carnaval representado por aladines y princesas Disney.
Los Apostoles celebrando.

No puede faltar un 'gringo' despistado disfrutando de las playas hondureñas en Navidad.

















































Y después de esto, os invito a todos a que penseis en lo realmente importante de estas fechas, lejos de formalismos, engalanes innecesarios, consumismo compulsivo y postureos sociales. Pues como estado emocional transitorio de entusiasmo, amor y felicidad, la Navidad debería trascender un poco más lejos del 6 de enero, cuando nuestras vidas vuelven a la "normalidad".


 
¡Que disfruten de estas fechas y FELIZ NAVIDAD!

Texto y fotografías: Eva M. Solana

3 comentarios:

Isabel Somoza dijo...

Guau!

Miguel Pino García dijo...

Pues claro que deberían trascender el 6 de enero, y ojalá que los consumismos compulsivos y postureos no lleguen más lejos! :)

obat kista tradisional dijo...

nice this content,, visit me